Newell’s ganó y es noticia. Luego de nueve fechas el conjunto de Sensini pudo sumar de a 3 y fue justamente contra un pobre River. El último triunfo fue en la segunda fecha contra Boca.
Fue por la mínima diferencia y la forma en la que se consiguió fue lo que menos importa a esta altura del torneo. Lo importante se logró.
Ante un Coloso colmado, el rojinegro siempre propuso la iniciativa aunque en los primeros momentos los Millos podían haber sacado ventaja. Luego de los 20’ el local comenzó a buscar variantes y tuvo una clara en los pies de Vangioni.
Con la inclusión de Sperdutti desde el arranque, los Leprosos tuvieron más gente en el carril derecho y a la vez equiparó la línea de atrás, ya que por momentos defendió con cuatro.
Fue muy parecido el desempeño de los rojinegros a los que venia haciendo de local, con la diferencia que el pobre River por lo menos no hace tiempo para empatar.
En el complemento lo tuvo a Newell’s de lleno en busca de la victoria, realizando cambios ofensivos, pero cuando todos pensaban en un nuevo empate, apareció el gato Formica y luego de dejar parada a la defensa visitante, efectuó un remate que el arquero Vega no pudo detener.
Los solo 9’ que restaban fue para ver a un conjunto visitante intentando lograr el empate pero con escasas ideas y sin crear mayores sobresaltos al arco defendido por Peratta, quien después de nueve encuentros pudo mantener el arco en cero.
La gente alentó y desfrutó, aplaudió al equipo por lograr la victoria e insistió en cada momento que el partido a ganar es el del próximo domingo. El hincha leproso quiere un triunfo en la fecha 13. Los "profesionales del aliento" (como así nos llamó un relator rosarino) no esperamos ni aceptamos en el clásico otro resultado que no sea ganar. Damos la vida en cada momento, en cada cancha, en cada movilización y en cada rincón, ya sea del trabajo, de la escuela o de donde sea. En las tribunas lo ganamos seguro, como siempre, por robo. Ahora solo pedimos ese preciado partido, esa victoria tan ansiada que les permitirá conocer el mayor éxtasis que puede existir en un leproso. Porque salir campeón es hermoso, ir a la cancha maravilloso, ganar en canchas que pocos lo hacen fantástico, pero salir victorioso en el clásico es único e irrepetible, en sus manos y en sus pies esta la gloria, no nos defrauden.
martes, 5 de mayo de 2009
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