lunes, 14 de diciembre de 2009

Newell's de mi vida


El Leproso no es yo, es nosotros. El Leproso no dice “hoy juega Newell’s”, dice “hoy jugamos”. Todas las semanas cada uno de nosotros deja su rutina individual para transformarnos en un yo plural, en un Coloso que, más que un campo deportivo es un templo, un templo de esta tan hermosa religión que no acepta desertores, el Leproso puedo dejar el amor de su vida, puede dejar de creer en Dios, puede cambiar hasta lo más íntimo de su ser, pero nunca va a cambiar el amor, la fe y devoción por el querido Newell’s. El Leproso es eternamente fiel, es un fundamentalista que no acepta argumentaciones, porque la razón no importa, importa el sentimiento. No vale la pena tratar de intentar explicar la pasión.

El Leproso hoy tiene miles de sensaciones dentro de su cuerpo y su corazón. No pudimos lograr la gloria más grande que todo hincha quiere tener.

Pero hermano Leproso, a caso cuántas veces nos cachetearon y nos quisieron matar, cuántas veces nos dieron por muerto y salimos a flote como siempre, a base de huevo , garra, corazón y ,por sobre todo, amor.

Hace justamente un año, volvía la democracia al club, y la felicidad de que nuevamente el club pasaba a manos de los socios. Cada día que pasaba a lo largo de todo este tiempo nos encontrábamos con una nueva desazón, con una nueva noticia de que nos quería sacar algo, de jugadores y clubes que reclamaban deudas, de miles y miles de adversidades.

Estuvimos en la puerta de la gloria, y este final no puede tapar todo el sacrificio.
Yo se que vos lo mereciste Leproso, vos que luchaste y cantaste hace algo mas de un año “Newell’s es del Parque, del Parque no se va”, a vos que te pegaron en las marchas, a vos que ni siquiera la justicia, siempre tan mafiosa, te protegió. Vos, hermano Leproso, que te fuiste a Buenos Aires a escrachar al dictador, vos que firmaste avales, vos que convenciste a tantos otros hermanos Leprosos de que el cambio era necesario y que si la lucha era entre todos, ese cambio tan necesario era realidad. Vos hermano Leproso que hiciste esa triunfal entrada al club un día después de las elecciones. A tu viejo, que ese 14 de diciembre te avisaba que decían en la radio y en la tele, y te daba noticias positivas. Vos lo mereces Leproso, porque trabajaste como nadie en el club todo el verano, en vez de tomar sol en la pileta o irte de vacaciones.

Hermano Leproso, yo se que vos lo merecías, porque vos diste vuelta el club, cada uno con un mínimo aporte que sumando el sacrificio de todos se logró revertir tantas situaciones adversas.

Se que ayer se te escapó un lagrimón Leproso, que te emocionaste y se te puso la piel de gallina con ese eterno grito de “soy Leproso, es un sentimiento no puedo parar”, porque en los momentos duros es cuando más fuertes nos hacemos. Ese amor que sentimos por Newell’s es eterno, es el amor que nunca se va a terminar y va a durar para toda la vida, porque uno nace y se muere Leproso. Porque uno está preparado para perder muchas cosas en la vida, pero jamás se imaginaría vivir sin Newell’s.
Newell’s es amor, dale gracias a tu viejo, a tu vieja o a quién sea por hacerte Leproso, creeme hermano, que fue lo primero que hice yo. Una vez terminado el partido le agradecí a mi viejo por dejarme la mejor herencia. ¿Vos pensás hermano que la perdida de un torneo puede con nosotros? Jamás, jamás Leproso. Sé que ayer vos no dormiste, se que el dolor que llevas adentro es incurable y también se y conozco el nudo que hoy tenés en la panza. Pero también se que vos querido hermano Leproso, tenés unos huevos envidiables, una personalidad increíble y que llevás adentro una fortaleza que si no tenés Lepra no la podes entender ni conocer. Se que ayer mismo volviste de la cancha y te pusiste la rojinegra de nuevo y que hoy orgullo te vas a vestir con la gloriosa camiseta de Newell’s. Cuantas más débiles nos creen, más fuertes somos. No dudo que las lágrimas de ayer se van a transformar dentro de poco en lágrimas de felicidad y con el que ayer te lamentaste pronto vas a festejar. No puedo seguir escribiendo porque el sentimiento que siento por Newell’s y el orgulloso que siente por tenerte a vos de hermano me hacen quebrar y nuevamente derramar una lágrima. Esa misma que ya esta secándose y viendo como hace para ir el 27 de Enero al Coloso para reencontrarnos con nuestro glorioso Newell’s. Me retiro con la ilusión y las ganas de revertir esto y no dudo que dentro de un mes estaremos todos juntos nuevamente “de pie siempre alentando”.

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