Newell's de vida

Por décima vez empiezo a escribir lo que hoy quiero trasmitir. A veces el corazón no se deja expresar con palabras.

Hoy el pueblo Leproso está enredado en una seria de sensaciones. Por el lado tranquilidad, como siempre, porque en la tribuna se deja todo. Por otro lado tristeza, desilusión, desolación.

Por momentos la fuerza interior que tenemos, ese que nos distingue de todos, nos hace pensar más con el corazón que con la cabeza. Y la ilusión de alzar esta tan ansiada copa estaba mas latente que nunca.

Pero creeme que como siempre, hermano Leproso, vamos a salir adelante. Lo del miércoles fue como una de esas piedras que ponían en el camino para que no alla elecciones. Fue como un cachetazo que recibían los pibes en la platea o en las marchas, en la época más nefasta de nuestra gloriosa historia.

Pero preguntale a todos esos (que sufrieron la impunidad de una inexistente justicia) como reacionaban luego de cada golpe. Los masasos nos hacen más fuerte. Yo también como vos hoy no miré tele, no leí el diario, como que por dentro teníamos una espina clavada. Pero tanto vos como yo, lucimos orgullosos la gloriosa camiseta de Newell's.

Sé que estamos heridos, pero esto dura hasta que el equipo sale nuevamente a la cancha. En ese momento, cuando salen 11 muchachos que representan a todo un pueblo, el corazón vuelve a latir y a vibrar como nunca.

Párrafo aparte para los hermanos que se llegaron hasta Ecuador, demostrando un acto de amor inconfundible.

Pero Newell's va más allá de un resultado. Newell's es un estilo de vida. Es nuestra manera de ser feliz. Newell's es ese sentimiento que se te mete en la piel y te corre por las venas. Newell's es nuestra razón de vida. Vos , yo y otros Leprosos, vivimos y nos desvivimos por estos colores. Newell's no conoce de límites ni fronteras. Newell's conoce la caída pero no conoce el K.O. Nadie pero nadie podrá alguna vez terminar con semejante acto de amor.

Esta herida ya se está curando y termina de sicratizar el próximo partido de Newell's, cuando el grito de gol llene nuestra boca de alegría y vuelvas al sacudir los tablones, demostrando el mundo que no hay nada más hermoso que escuchar la sinfónica al ritmo de: "Soy de Newell's, de Newell's yo soy".